Sobre premios y jurados
Es un lugar común en el mundo literario quejarse de que los premios están todos amañados y de que siempre ganan los mismos. No es verdad. Y para muestra me pongo a mí misma como ejemplo. Finalista de un premio y ganadora de otro en 2007 y 2008, siendo una absoluta desconocida en el mundillo (ni siquiera tenía este blog entonces), y teniendo como únicos lectores a familia, amigos y mi profesor de taller (este último el más importante, tomad nota los que empezáis, apuntarse a un taller literario es la mejor forma de hacerlo con buen pie).
Sí es cierto que en los premios importantes suelen escucharse nombres ya muy conocidos y leídos, pero hay que tener en cuenta algunos factores que influyen en este resultado.
Uno puede ser que el jurado "reconozca" al autor, a pesar del seudónimo que suele pedirse en las bases del certamen. Hay un caso conocido de hace un par de años, cuando se convocó el primer premio de novela negra de España con una remuneración altísima. Lo ganó un escritor ya conocido, con su, creo, séptima novela protagonizada por el mismo detective. Vamos, como si el difunto Larsson estuviera vivo y presentase a un premio la cuarta novela de Milleniun, como para no reconocerlo.
También podemos hablar del premio Planeta (el más denostado y deseado de los premios). La última ganadora había comentado en entrevistas previas que estaba escribiendo esta novela, de la que habló extensamente. Se puede pensar que el jurado tal vez no leyó tales entrevistas, pero también es legítimo pensar lo contrario. Ahí lo dejó al arbitrio de cada cual.
Pero, y aquí vengo yo en defensa de los jurados de premios, hay un factor que estoy segura de que es el que más peso tiene al fin a la hora de elegir una novela. Y es el factor profesionalidad.
Si un autor novel, yo misma me pongo como ejemplo, presenta su primera novela a un premio, por muy interesante que sea el argumento, por mucho que se haya esforzado en la escritura y correcciones, no deja de ser una primera novela, con todos los aciertos y defectos que ello conlleva. Si tiene la suerte de ser finalista al premio y enfrente tiene (como a mí me pasó, me sigo utilizando como ejemplo) otra finalista que ya es un nombre conocido, con veinte novelas publicadas, un auténtico profesional de la palabra, pues yo, personalmente, comprendo la decisión del jurado en su favor.
Cuantas veces leemos en blogs, en webs literarias, en redes sociales, relatos de gente con muy buena intención, pero que no saben puntuar, que tienen faltas de ortografía (a veces simplemente porque no dominan el teclado, que tampoco estoy llamando burro a nadie), historias poco definidas, mal rematadas, mal presentadas... Uno de esos trabajos en los que una profesora de lengua te hubiera puesto un cero patatero. ¿Os imagináis que ese tipo de relato lo va leer un jurado especializado? La verdad es que no, ni siquiera pasaría la primera criba.
Y precisamente sobre esto último, aquí os dejo el enlace a la blog de la editora de SM, con un interesantísimo artículo titulado "5 consejos básicos si te vas a presentar a un concurso" (pincha en el título).
Esta es mi opinión sobre el tema. Espero con impaciencia las vuestras.
Comentarios
No sé si me he sabido explicar bien, pero bueno ahí va mi argumentación.
Por cierto gracias por el enlace y felicitarte por haber subido esta entrada, ya que es una entrada un poco conflictiva :D
En fin, lo importante es escribir y presentarse a todos los concursos posibles.
Un abrazo
No siempre es cuestion de estilo , sino del tema que guste mas o menos .
Besos desde Málaga.
En cuanto a los amañados, pues como las meigas.... haberlos hailos.
En muchos premios, tengo la opinion que los ganadores son pro encargo.
Un beso y gracias por el enlace
El que tú ganaste Teresa, seguramente será de los pocos que no son sospechosos de nada, pero la mayoría, por mucho que nos vendan que la mitad de los que se presentan a los concursos son poco menos que ágrafos con historias memas, están dados de antemano.
Muchísimos escritores están hartos de denunciar esto, por poner un ejemplo, Juan Palomo, denuncia el amiguismo de los jurados... Nuestra lacra desde hace muchíiiiiisimo tiempo. Yo te lo doy a ti, tú me lo das a mí.
No es el interlineado, ni que el primer folio esté escrito como mi hija de dos años, por favor, que no nos tomen más el pelo y llamen a las cosas por su nombre.
Por lo menos de mí no ser ríen más.
http://www.elcultural.es/version_papel/OPINION/25098/Amistades_provechosas
Al Anónimo del fondo le digo lo mismo que le diría a Juan Palomo si leyese mi blog, me gusta lo que escriben, puedo estar de acuerdo en muchas cosas, pero más me convencerían si firmaran con su nombre y apellido.
El comentario del ego, no es mío. Y tampoco lo comparto. Me parece grosero y sin fundamento ninguno.
Sé que has colgado el post para alentar a todos los que se presentan a premios a que se esfuercen, cuiden sus textos y demás.
Y eso te honra. Estupendo. No hay nada de ego.
Respecto a Juan Palomo, en el mundillo literario todo saben quién es. Una mujer que tiene una pluma afiladísima y que desembarcó en El Mundo tras dejar ABC.
No le hace falta firmar nada porque tiene una voz tan poderosa y personal que no le hace falta más que alzarla para que todos la identifiquemos.
En cuanto a mí, yo también he ganado premios literarios "limpios", pero eso no obsta para que advirtamos a la gente, que se presenta a premios con mucha ilusión, que algunos, casi todos los grandes, están dados de antemano.
Hay una novela, de un realismo que duele, que retrata perfectamente los entresijos de los premios literarios, "El Batallón de los perdedores" de Salvador Gutiérrez Solís, un tío que ha ganado muchísimos premios y que ya se las sabe todas.
Como casi todos los que llevamos tiempo en esto.
Un par de cosas. El mensaje anterior lo he eliminado, porque sí, porque esta es mi casa y aquí no viene nadie a insultarme impunemente amparándose en el anonimato.
Sobre tu mensaje, decirte, para que veas, lo poco que conozco yo del mundillo, que yo no tengo ni idea de quién es Juan Palomo, y digo, que si tan conocida es, ¿Por qué no firma directamente con su nombre?
Como tú también puedes firmar, no es por nada, al pie de lo que escribes.
De todos modos, saludos, y gracias por tus amables palabras.
Las críticas razonadas son todas aceptables, pero el insulto gratuito que destila envidia y mala baba, ni de coña.
En cuanto a Juan Palomo, lo de utilizar seudónimo supongo que será porque se sentirá más libre para decir lo que le dé la gana.
Casi todo el mundo sospecha quién es, o lo sabe, pero como no hay confirmación de nada, el seudónimo le permite tirar muchas más piedras y esconder siempre la mano.
De todas formas, en estos tiempos de hiperrealidad, en los que la frontera entre la realidad y el avatar o la ficción ha desaparecido, y si no que se lo digan a la Etxebarría que su última novela va de esto, poco importa ya quién firma.
Pero yo firmo :-)
Ana Más
Fernando
(Lo siento, de nuevo no me acepta mi clave..¿...? )
A la Extebarria ni me la nombres, que no es ángel de mi devoción. Su última broma, inventándose un personaje y luego suicidándolo, me ha hecho de todo menos gracia, menos mal que no me llegó por el facebook la noticia de la supuesta muerte, y eso que el finado era uno de mis amigos, entre comillas.
Hola, Fernando, ya ves que tengo esto lleno de anónimos, jaja.