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Mostrando entradas de julio, 2016

DAR LA CARA POR LA ROMÁNTICA

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Mi primera novela, "La hija del cónsul", ganó el Premio Talismán en 2008 y fue publicada en mayo de ese mismo año.  Entonces se podían contar con los dedos de las manos las autoras españolas del género que comenzaban a publicar sus obras con editoriales. Entre los comentarios más habituales en aquellos tiempos en los foros, estaban la dificultad para acceder a las editoriales, y después, cuando las primeras autoras abrieron la puerta a la edición, la exigencia de algunos sellos de la utilización de seudónimos extranjeros. Han pasado pocos años, pero sin embargo todo ha cambiado en cuanto a la edición de autoras de género romántico en español, que hoy nadie puede negar que no solo tienen la puerta abierta en todas las editoriales, sino que incluso son buscadas personalmente por los editores del género. Superado este primer, y enorme, obstáculo, se sigue hablando del segundo,  los seudónimos, algo de lo que se ha debatido mucho y muy largo, en foros, redes y eventos

V Congreso Literatura Romántica La Coruña. Mis reflexiones.

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Este fin de semana, 1 y 2 de julio en concreto, se ha celebrado el V Congreso de Literatura Romántica de La Coruña, que cada año desde hace seis, organiza y dirige con la profesionalidad que la caracteriza, Trinidad Palacios. Como habréis leído ya muchos comentarios y visto un millón de fotos en las redes, yo me voy a centrar en dos reflexiones que me deja en concreto este Congreso de 2016. En cuanto a las palabras de Trinidad Palacios en la presentación del evento, que tan aplaudidas fueron, y que se podrían resumir en esta frase “el género romántico no necesita que lo dignifiquen porque no es indigno”, solo quisiera aclarar el error de concepto de los que tanto defienden, en otros eventos, foros y corrillos, el tema de la “dignificación”. (Puedes ver el vídeo de la apertura, y otros vídeos del Congreso, a través de Periscope en la cuenta de Nínive L. Ble, aquí: https://www.periscope.tv/Nini_Ble/1kvJpZEmmRgKE ). El concepto, decía, es erróneo, porque hablan de “dignifica