UN CURSO Y UNA CITA
Paradojas de la vida, cuando eres niño odias el colegio y estudiar es el mayor de los sacrificios. Cuando te haces mayor, ya sólo recuerdas los buenos momentos, los recreos jugando con los compañeros, y los ratos de conversación a la entrada y a la salida. Y si eres tan raro como yo, llega un momento en que de repente te encuentras deseando volver a estudiar, sí, estudiar, como si fuera un pasatiempo de lo más ameno. Durante muchos años recibí clases de taller literario, una clases impagables impartidas por el mejor de los profesores, Ramón Alcaraz, al que le debo haber aprendido lo que es un buen relato, y a utilizar las figuras y las técnicas literarias, así como a saber ver mis propios fallos. Hace meses que dejé el taller por falta de tiempo, pero la inquietud me ha llevado a buscar algo que me gustase y pudiese sacar adelante sin demasiado esfuerzo, y por supuesto, que tuviese que ver con el mundo de las letras en el que tan a gusto me siento. Así que he iniciado un curso de l...