ESCRIBIR Y ESCRIBIR, COMO SI TE FUERA LA VIDA EN ELLO
Toda la vida leyendo, y más de media vida escribiendo, ese es el resumen hasta la fecha de lo que soy.
Y sin embargo, ese asunto mío de "escribir" a pesar de que siempre me ha gustado tantísimo y me producía tanta satisfacción cuando me ponía a ello, siempre se posponía a los momentos libres, a la última hora del día, a los fines de semana y las vacaciones.
Y entonces llegó "Quimera" y puso mi mundo patas arriba. Siempre digo que terminar "El mapa de tus sueños" fue mi licenciatura como escritora, por lo difícil que fue y todo lo que aprendí en el proceso. Pero "Quimera" me ha convertido en una auténtica profesional. Empecé como becaria en 2012, robándole tiempo al sueño por las noches para escribir esa historia que surgía como un manantial de primavera, rápida e imparable. Y en algún momento de principios de 2013, después de hacer intensas reflexiones sobre cómo avanzaba la novela y la imperiosa necesidad que sentía de dedicarle más tiempo, decidí marcarme una hora diaria fija. La única disponible, primera de la mañana, levantarme una hora antes de lo necesario y sumergirme en mi novela hasta que el reloj marcase el momento de empezar mis tareas cotidianas. Entonces fue cuando me convertí en una profesional.
Esa decisión ha tenido muchas consecuencias, la más importante, que ahora sí me siento una escritora de verdad y lo digo en alto y con orgullo; mis historias avanzan a buen ritmo, por el simple hecho de que nunca pierdo el hilo, siempre tengo en mente la novela que estoy escribiendo y, a lo largo del día, planeo lo que voy a escribir en mi horario matutino.
El resultado de estos dos años de intenso trabajo:
1. Terminada "Quimera", releída, reposada y corregida, la envié al Premio Vergara de novela, que ganamos, y será publicada en abril de 2015.
2. Terminada la historia de Blanca, una novela corta que surgió mientras escribía "El mapa de tus sueños", que será publicada por Harlequín en septiembre de 2015.
3. Terminado, exactamente este miércoles, el primer borrador de la novela de mi sultán, última entrega de la saga Viaje a Bankara. Ahora necesita reposo y volver a ella más adelante.
4. Recupero NSTC, otra novela contemporánea en la línea de "No soy la Bella Durmiente", que he empezado y abandonado un par de veces.
Y sí, escribo como si me fuera la vida en ello. Porque son muchas las historias que a lo largo de los años he ido imaginando, apuntando en libretas, y guardado en cajones. Historias que ruegan por ser escritas y que me duele no tener más tiempo para dedicarles.
Y porque, como he podido comprobar esta misma semana, ya no sé vivir sin escribir a primera hora de la mañana. Puesto que el viernes pasado tenía prácticamente terminado el capítulo final de la novela de mi sultán, decidí tomarme libre una semana, pensé que me lo merecía, que son dos años escribiendo sin parar, y que necesitaba esa hora de sueño matinal que le robo al descanso. Fue un error. Lo único que conseguí fue malhumor y desasosiego.
Porque escribir me hace feliz, esa felicidad que solo te puede dar la satisfacción de trabajar en algo que realmente te gusta.
Así que aquí estoy, son las 7:23 horas de la mañana, y estoy escribiendo.
Me voy, que mis personajes me esperan.
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