HOMENAJE A JANE AUSTEN EN EL VI CONGRESO LITERATURA ROMÁNTICA DE A CORUÑA (I)
El pasado 8 de julio en el marco del VI Congreso de Literatura Romántica de A Coruña, que organiza y dirige cada año magníficamente Trinidad Palacios, compartí mesa con mi querida compañera Lydia Leyte para ofrecer un pequeño homenaje a Jane Austen, con motivo de la conmemoración de su fallecimiento hace hoy 200 años.
Como sois muchos los que habéis mostrado interés por el desarrollo de esta mesa, con permiso de Lydia, publico hoy su parte del Homenaje, y publicaré en breve también la mía.
Seguro que disfrutaréis de este interesante recorrido por la vida cotidiana de Jane Austen y sus contemporáneos.
El mundo real de Jane Austen
(1775-1817)
(Contexto
histórico-social)
LYDIA LEYTE COELLO
1.- La época
2.- La sociedad
3.- La gastronomía
1.- La época
Vamos a
mirar con detenimiento este edificio neogótico inglés. Con independencia del
placer o rechazo que nos cause, apreciamos su solidez, el equilibrio de la
construcción, la rica decoración, y el lujo que emana de cada una de sus
piedras.
Pero este
edificio no podría sostenerse en pie, si no estuviera construido sobre unos
potentes cimientos.
Ambas
imágenes nos van a servir de ejemplo de lo que fue el S. XIX inglés: la parte
visible, la más llamativa, rica y conocida, se correspondería con la época
victoriana (1837-1901), cuando Inglaterra ha construido ya su vasto imperio
colonial, y posee una economía fuerte gracias a la revolución industrial. La
parte menos visible, los cimientos sobre los que se asienta, sería la Regencia, (término aplicable desde 1795
a1837, y por tanto años en los que transcurre la vida de Jane Austen). Unos cimientos que se inician a finales del S. XVII,
y se consolidan en el primer cuarto del XIX, con lo que se conoce como Revolución agrícola.
A lo largo
de ese periodo, la fisonomía del paisaje inglés cambia. A finales del S XVII el
duque de Bedforf decide desecar una amplia zona pantanosa de la parte oriental
de la isla (Cambridgeshire, Linconshire…), que pronto se va a convertir en
terrenos ricos para el cultivo. Por si interesa, hay una historia preciosa en El país del agua, la novela de Graham
Swift (Foto).
A partir de
este momento, y durante el siguiente siglo, el XVIII, el campo inglés se hará
altamente productivo gracias a la aprobación por el Parlamento de las “Leyes de
cercados”, opuestas al sistema de campo abierto que había hasta entonces, y que
permiten concentrar la propiedad y aumentar la inversión. Vamos, hablando claro
y pronto, una privatización del suelo común. Es entonces cuando se ensayan nuevos
cultivos y se aplican nuevas técnicas a la producción y recolección. (Foto: Los
enclosures).
Y unos
cimientos, que se fortalecen gracias a las guerras napoleónicas. A partir de
entonces, Gran Bretaña se convierte en potencia hegemónica mundial.
Recordemos
como gracias a ellas el capitán
Frederick Weentworth, arquetipo de héroe romántico, mejora su situación lo
suficiente para convertirse en un apetitoso galán.
Y… ¿quiénes van a ser los grandes beneficiados
de estos cambios?
2.- La sociedad
Por
supuesto, terratenientes, que ven aumentar sus tierras gracias a las nuevas
leyes, en detrimento de muchos campesinos obligados a vender las suyas y a
emigrar a las ciudades en busca de una fortuna que raramente encuentran. Pero
solo nos detendremos en los primeros, ya que en la obra de Jane Austen ni siquiera
existen los segundos.
Estos
terratenientes proceden:
a.- de la baja nobleza (barones y caballeros),
como el despilfarrador y vanidoso sir Walter Elliot, de Persuasión, padre de una de mis más entrañables heroínas
austenianas, Anne Elliot, un noble a quien la autora describe con cierta ironía:
El carácter de sir Walter Elliot estaba marcado
de principio a fin por la vanidad: vanidad respecto a su persona y a su
posición social (…)”
|
Y son estos
dos rasgos que he nombrado, los que le obligan a arrendar su propiedad para
evitar la ruina y la humillación.
O los
Middleton, el campechano sir John y su frívola esposa, de Sentido y Sensibilidad.
b.- Este otro grupo más numerosos procede del
comercio, o de la naciente industria, o de cargos altos y medios del ejército, como el Coronel Brandon
de Sentido y Sensibilidad, en fin, gentes que componen la naciente burguesía que tanta
importancia tendrá en la época victoriana. Hombres libres con posibles para
comprar buenas propiedades que van a destinar al desarrollo de la agricultura y
ganadería.
En esta
misma novela, cuando la divertida señora Jennings, trata de convencer a Elinor
sobre el buen partido que es el coronel Brandon para su hermana Marianne, no
solo recurre a su bien saneada renta de “dos mil libras anuales sin deudas ni
cargas”, sino que lo hace describiendo su finca, con el mismo interés y emoción
que pondría la vendedora de una inmobiliaria.
Delaford es un sitio muy bonito… tiene un huerto
tapiado en el que crecen los mejores frutales de la campiña: ¡hay una
espléndida morera en uno de sus rincones! (ensoñándose en los recuerdos que el
placer de aquellas moras les produjo a su hija y a ella). Tiene también un palomar, un estanque con
peces y un bonito canalillo. En fin no se puede pedir más. Y está cerca de la
iglesia y a solo un cuarto de milla del camino de peaje, por lo que no es
nada aburrido, pues basta con sentarse en un viejo cenador de tejo que hay
detrás de la casa para ver pasar los carruajes.
|
Ambos grupos
profundamente apegados a la propiedad son los “Gentry”, gentes de buena educación y solvencia económica, a
quienes Jane Austen dibuja tan bien en sus novelas.
En esta
sociedad masculina, la mujer juega
un papel pasivo, su existencia está dirigida al matrimonio y a los hijos. Recordemos que la señora Bennet
ve el matrimonio como única salida para sus hijas.
Las heroínas
de Jane Austen en apariencia no son diferentes al resto, lo único es que sus
matrimonios se realizan por amor, después de pasar por una historia compleja en
sus relaciones, como es el caso de Sentido
y Sensibilidad.
Por otro lado,
las mujeres austenianas se mueven en una sociedad recién salida de la guerra y
además rural, por lo que los convencionalismos sociales, la permanente
preocupación por el decoro, está mucho más relajada. La relación de Marianne
con Willoughby, correteando a solas por los bosques de Nortland no es posible,
por ejemplo en la época posterior, la victoriana, donde impera una rígida
sociedad cargada de moralismos. Lo mismo ocurre, en la historia ya nombrada con
las frecuentes entradas y salidas, permanencias y estancias del apocado Edward
Ferrars.
3.- La gastronomía
En la obra
de Jane Austen apenas hay descripciones de los menús que se sirven. Esto tiene
su lógica. Visto con nuestra mentalidad actual, con el interés que despierta la
buena cocina, con la diversidad gastronómica a la que podemos optar hoy, nos
parece extraño Como nos resultaría igualmente extraño que no aparecieran en una
novela francesa de la misma época. Hay que tener en cuenta que en la Paris de
la Revolución (1789-1799) se abren los primeros restaurantes de comida selecta,
buena vajilla y manteles en las mesas, por cocineros que se han quedado sin
empleo porque sus señores han escapado al extranjero antes de ver rodar sus
cabezas, y de que con Marie-Antoine Carème, cocinero de Napoleón, creador de
sedosas salsas, nace la alta cocina francesa, en una época en la que en
Inglaterra aún estaban asando lo carneros al fuego de leña, puesto que ellos la
tenían en abundancia.
En
Inglaterra la gastronomía era simple, si doy un paso más, podría decir insípida
y anodina, muy convencional (ya volveré a este punto). La gente que leía las
novelas de Jane Austen entendía, sin necesidad de explicarlo qué alimentos se presentaban a la hora del
desayuno, y cuáles a la cena, puesto que eran muy repetitivos. Sin sorpresas.
Por tanto, a
mi entender, las distintas comidas que nombra
Austen tienen una doble intención:
1.- Por un lado sirven de eje temporal de la
jornada que viven los personajes.
2.- Por otro, es una crónica de las reuniones
sociales que se producen en una comunidad pequeña, campesina, con cierta
rigidez horaria, ya que en el campo el día comienza y acaba temprano.
Los regalos
que se ofrecen entre parientes y vecinos guardan siempre relación con los
productos del campo que se cultivan en sus mismas tierras. Por ejemplo, sir
John, en Sentido y sensibilidad no solo consigue un hogar para sus primas
Dashwood sino que envía a la casita de Barton Park un regalo de bienvenida: “una
gran cesta llena de frutas y hortalizas, y, antes de que acabar el día, un
presente de caza”.
Por norma
las comidas abundantes del día son dos: el desayuno y la cena, cada uno con sus
correspondientes menús.
El desayuno está íntimamente ligado a la
sociedad campesina, y a los rigores del clima inglés. Los “Gentry” son gente
hospitalaria, que acoge en sus casas tanto a los conocidos, como a desconocidos
de su misma condición social que necesitan con urgencia un techo bajo el que
cobijarse. De ahí que a la mañana siguiente se ofrezca una comida copiosa y
contundente que ayude a resistir la jornada.
Suele ser
tardío, después de que los caballeros hayan asistido a una partida de caza, o
de que el grupo de invitados haya realizado un largo y saludable paseo.
El menú del breakfast, por aquella época
se ajustaba a lo que producía la tierra y el ganado según la temporada. En
general se tomaba:
Ø
Carnes (cordero, buey o caza) y/o pescados (generalmente bacalao o
arenques) fríos o ahumados
Ø
Salchichas
Ø
encurtidos
Ø
Setas (en temporada)
Ø
Black pudding, hecho con sangre y grasa de cerdo (o de buey), harina de
avena, cebolla.
Ø
Diversos panes o galletas secas
Ø
Mermeladas y confituras, o frutas en dulce
Ø
Algún dulce, tipo pie de manzana o bayas, el spotted dick (con harina de
trigo, sebo de cordero o vaca, azúcar, leche, pasas y un poco de carbonato de
potasio, única sustancia que había para levar los pasteles. Todo ello
introducido en moldes de bien cerrados y cocidos al baño maría)
Los
caballeros solían tomar previo al breakfast queso blando, patés y encurtidos
que llevaban en sus morrales de caza.
Todo se
acompañaba de té, y a veces de cerveza, sidra a perada (sidra hecha con peras).
Las sopas,
como la sopa blanca a la que hace referencia en Orgullo y Prejuicio, es una
sopa cremosa acompañada de algo de carne de pollo, guisos, aves, pasteles de carne
y potajes se reservaban para la cena diaria.
Hay escritores que imaginan otros mundos distintos al suyo, y nos llevan desde su ciudad, Nantes, a dar la vuelta al mundo en 80 días.
Hay otros que reflejan en sus obras el espacio en el que viven, al que pertenece su familia y amigos. Convierten ese pequeño lugar en otro inmenso.
Jane Austen forma parte de este último grupo. Una mujer capaz de captar la esencia de lo que le rodea, y de transmitir en sus obras las pasiones que mueven al ser humano.
CONCLUSIÓN
Hay escritores que imaginan otros mundos distintos al suyo, y nos llevan desde su ciudad, Nantes, a dar la vuelta al mundo en 80 días.
Hay otros que reflejan en sus obras el espacio en el que viven, al que pertenece su familia y amigos. Convierten ese pequeño lugar en otro inmenso.
Jane Austen forma parte de este último grupo. Una mujer capaz de captar la esencia de lo que le rodea, y de transmitir en sus obras las pasiones que mueven al ser humano.
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