De cine romántico

El adorable niño de la izquierda -Thomas Sangster- ha perdido hace poco a su madre tras una larga enfermedad, vive con su padrastro, que intenta hacerlo lo mejor que puede, dentro de su propio dolor y lo está pasando muy mal... Normal, dadas las circunstancias. Pero su problema vital no es el fallecimiento de su madre, triste pero esperado, sino que, como confiesa por fin a su padrastro lleno de sentimiento y vacío de esperanza, está enamorado de la niña más adorable del colegio, y ella ni siquiera sabe que él existe.
Esta es una de las historias, pequeñas, sencillas, pero preciosas, que componen una gran película titulada "Love Actually". La banda sonora repite la archiconocida "el amor está en todas partes". Y por la pantalla desfilan todos los actores ingleses conocidos y algún americano -Hugh Grant, Enma Thompson, Liam Neeson, Keira Knightley, Rowan Atkinson, Colin Firth, etc.-. Es una película que cuando la ves te recuerda a "Cuatro bodas y un funeral" o a "Notting Hill", pero por algún motivo, de todas ellas, es mi favorita. La tengo en DVD, y la he visto cuatro o cinco veces, me la sé de memoria, pero cada vez que este adorable pequeñajo consigue un beso de su chica, me emociono como la primera vez.
Me gusta el cine romántico, el que acaba bien, el que está lleno de buenas intenciones y sabe compensar las historias más empalagosas con algún personaje estrafalario que le aporta su toque de humor.
Otro ejemplo, y este sí es mi chico (los que no hayan visto el vídeo de "La hija del cónsul", ya están tardando):

Pues sí, es mi James Marsden, en "27 vestidos". Una bobada de película, no cuenta nada, quizá, pero a mí me gusta, me alegra una tarde aburrida, y me ha hecho descubrir a Katherine Heigl (no, nunca he visto Anatomía de Grey). Para quien se atreva a mirarla sin complejos ni prejuicios, tiene momentos muy divertidos, interesantes, y, como no, un hermoso final feliz, además de sus sanas dosis de humor.

Y para no dejarlo sólo en chicos guapos, voy a hablar también de la reina del cine romántico. Es bella, es elegante, es glamurosa, le sientan a la perfección los trajes de época, y consiguió que un humilde ayudante de herrero se hiciera pirata por ella, además de poner al Sr. Darcy, y su cuantiosa fortuna, a sus pies.





La mejor de las versiones de la mejor de las novelas de Jane Austen, con la protagonista perfecta, Keira Knightley.
¿Qué tiene "Orgullo y Prejuicio" que nos sigue enamorando tanto tiempo después de haber sido escrita la novela? Pues lo tiene todo, así de simple. De cómo la hija de un pastor anglicano que en su corta vida apenas salió de su pueblo ni se relacionó más que con sus vecinos, logró escribir esta bellísima historia de amor tan alejada de su realidad, nos habla otra película bastante recomendable "La joven Jane Austen", pero esta no tiene un final feliz, porque desgraciadamente no lo hubo para ella.
"Orgullo y Prejuicio" lo tiene todo. Un personaje central adorable y carismático, Elizabeth Bennet. Unos secundarios para todos los gustos: las hermanas alocadas y la seria, la amiga fiel, el pretendiente indeciso, la madre intrigante. Equívocos, engaños, viajes, sobresaltos... Es la historia completa, perfecta, y base para todas las que se han escrito -o filmado en su caso- después.

Hay muchas otras películas del estilo que también me gustan, pero tampoco me voy a extender aquí hasta el infinito, y ya he dejado claro que mi favorita de todos los tiempos es "Lo que el viento se llevó", con el mejor personaje femenino de la historia del cine, pero esa es otra historia.
Lo único que sé es que, cuando veo estas películas, me lo paso bien, me inspiran, me emocionan, y me dejan más a gusto que una caja de bombones (yo no soy mucho de chocolate). El poder del cine para crear endorfinas, quizá es algo que se podría analizar. O mejor no.