LEE MIN-HO. EL REY. O por qué adoro los K Dramas.

Una lectora de romántica no puede más que caer rendida ante las series románticas coreanas. Eso es así y no intentes resistirte. Si aún no has caído, es que no has dado con el drama perfecto para ti.

¿Por qué adoro los K Dramas? Porque me dan exactamente lo que me daba la novela romántica cuando comencé a leerla, hacia finales de los 80. Romance, fantasía, evasión. Personajes atractivos, y no solo físicamente. Tramas más complejas de lo que parecen. Y muchos, muchos suspiros.

Pero yo he venido hoy aquí a hablar de El rey Lee Min-Ho, porque hablar de las series coreanas en general me daría para decenas de páginas, así que vamos a centrarnos y al lío.

Lee Min-Ho tiene 33 años, pero yo lo conocí con unos diez menos, en la serie Boys over flowers (¡no os la perdáis!). Un drama que me enamoró por su protagonista, Geum Jan Di (Koo Hye Sun), una Cenicienta con un carácter arrollador, que consigue una beca para un instituto súper pijo en el que se codeará con la élite coreana. Y, dentro de esa élite, está la élite de la élite, que son Gu Yun Pyo (Lee Min-Ho) y sus tres mejores amigos, que forman los F4 (F de fabulosos, de fantásticos, lo que sea). 

Los F4, en realidad, son una panda de matones que hacen y deshacen en el instituto, rompen corazones entre las chicas y algo más entre los chicos que no aspiran ni a acercarse a su perfección. Estos chicos se lo tienen muy creído hasta el punto de aburrirse... Hasta que aparece Geum Jan Di. La chica a la que no les impresiona ni un poquito.




Así que sí, empecé a ver la serie por la chica, pero me quedé por el chico. Aunque al principio me caía rematadamente mal, y no le veía ninguna posibilidad de conquistar el corazón de una chica dura como Geum Jan Di, al final nos conquistó a las dos. Porque cuando este chico se enamora, al menos en la ficción, no tienes posibilidad alguna de resistirte. En la realidad, no he tenido el placer de poner a prueba sus encantos.

Aunque Boys Over Flowers es de 2009, yo la vi quizá hace un par de años, y no había vuelto a ver un drama protagonizado por Lee Min-Ho hasta que apareció El Rey. Monarca Eterno, y, bueno, gracias Netflix, por este regalo.




Decir que estos diez años le han sentado bien a Lee Min-Ho, sería quedarse muy corta. También se agradece el cambio de estilismo, especialmente en cuanto a peluquería. ¿Qué os voy a decir que no os diga la foto debajo de este párrafo? Bueno, os puedo decir, si no la habéis visto, que su primera aparición es sobre su magnífica yegua blanca. De muerte mortal de la buena, os lo juro.

Al contrario que Boys over flowers, El rey me cautivó desde el principio. La producción no ha ahorrado en costes, ya digo que el vestuario es magnífico, especialmente el del rey, pero también los decorados, el palacio del supuesto Reino de Corea es un derroche, y también han trabajado bien los efectos especiales, especialmente en ese mundo entre el 0 y el 1 que surge al atravesar las puertas del espacio-tiempo.

Porque esto va de viajes en el tiempo y en el espacio, ya lo sabéis, ¿no? Os resumo la premisa: veinticinco años atrás, en el Reino de Corea, el traidor Lee Lim, hermanastro del rey, lo mató para hacerse con la flauta Manpasikjeok, un objeto mágico que realmente forma parte de la cultura y las leyendas coreanas:

"Se dice que cada vez que se tocaba la flauta, las enfermedades se curaban, las plagas se detenían, los enemigos se retiraban. Además, en caso de haber sequías, el sonido de la flauta traía la lluvia y en caso de inundaciones, la detenía."

(Aquí más información sobre la leyenda.)

Cuando el traidor Lee Lim mató al rey, el joven príncipe Lee Gon, trató de detenerlo, partiendo la flauta en dos. Veinticinco años después, tras convertirse en rey con tan solo ocho años, Lee Gon (Lee Min-Ho) descubre por fin el poder de Manpasikjeok cuando, accidentalmente, descubre la puerta entre universos que le lleva a la República de Corea, tal cual la conocemos.

Durante todos estos años, el rey ha guardado una tarjeta de identidad que se le cayó del bolsillo a la persona que lo salvó de ser asesinado por su tío. Una tarjeta de la teniente de Policía de la República de Corea, Jeong Tae-eul (Kim Go-eun).

A su llegada a la República, el rey es interceptado por la teniente Jeong Tae-eul, a la que reconoce y abraza emocionado por haberla encontrado después de tantos años.

Jeong Tae-eul lo detiene y lo lleva a Comisaría.


No me digáis que no queréis saber más... Esto solo es un resumen brevísimo del primer episodio, todo lo que os podáis imaginar sobre viajes en el tiempo y el espacio y más os espera en esta fantasía de serie.

Ahora es cuando me vais a decir que en Corea no ha gustado, que incluso en ciertas votaciones ha salido como el peor K Drama del año. En fin, por lo que he podido leer, parece que la pega que le ponen los espectadores que han votado en su contra es que la trama es difícil de seguir. No lo es tanto, y os lo digo yo, que tengo un severo problema para quedarme con las caras de la gente, algo que es fundamental en esta historia porque en el Reino y en la República se repiten los mismos personajes, pero son distintas personas con distintos nombres y empleos, y todos son importantes, lo que hace que a veces les pierdas un poco la pista.

Pero, vamos a ver, ¿a qué hemos venido aquí sino a disfrutar de una preciosa historia de amor? Y eso, señoras y señores, nos lo da de sobra. Jeong Tae-eul es una chica dura, durísima, poco expresiva, muy chula a veces, pero el encanto de Lee Gon es tan abrumador que hasta una mujer tan fuerte no tiene más remedio que entregarle su corazón, para empezar, porque él, desde el minuto uno, está dispuesto a adorarla. 

La serie tiene una fotografía preciosa, algo bastante habitual en las series coreanas, recreándose en imágenes de árboles otoñales, paseos cogidos de la mano, ciudades iluminadas como si siempre fuera Navidad. Pero, cuidado, también está la trama del traidor Lee Lim, que pretende hacerse con la parte de la flauta que le falta, y no dudará en matar a todo el que se interponga en su camino, con lo que a veces nos sorprende con escenas de bastante violencia, unidas a las propias de las investigaciones policiales que llevan a cabo Jeong Tae-eul y sus compañeros.



QUE NO SE ME OLVIDE DECIROS LO MARAVILLOSA QUE ES LA BANDA SONORA. ¡¡BUSCADLA EN SPOTIFY!!

Solo añado que la estoy viendo por segunda vez, porque la primera la devoré al punto de no disfrutar realmente de cada escena. Y ahora, por fin, consigo quedarme con cada cara, y cada historia, y ver cómo en el guión todo va encajando y la historia es mucho más redonda de lo que parece.

Y no os hablo del fantástico resto del reparto (lo sé, el capitán Yeong se merece una entrada aparte), porque esto ya me está quedando demasiado largo.




¿Qué más os puedo decir? Que aquí hay una republicana convencida a punto de gritar ¡vida el rey! cada vez que Lee Min-Ho aparece en pantalla.

Otro día ya os hablo de más series coreanas maravillosas. Por si os he animado a darles una oportunidad, tenéis muchas en Netflix, y también en la plataforma Rakuten Viki, que es gratis con anuncios.


Comentarios

Tarjetas de amor ha dicho que…
Me encanta esta reseña! Mil gracias, has aclarado todas mis dudas.
Recomenzar ha dicho que…
que bien reseñas podrias tambien reseñar blogs
abrazos
Teresa Cameselle ha dicho que…
Gracias por visitar mi blog, estoy tan enamorada de las series coreanas que habrá más entradas como esta.

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