El blog de TERESA CAMESELLE

Yo tenía 11 años, 1980 supongo, y comenzaba 6º curso de la antigua EGB. Entonces te asustaban diciendo que el cambio era importante, varios profesores en vez de una sola como habíamos tenido, asignaturas más difíciles, más deberes. Hasta entonces me gustaba el colegio, y sin ser la mejor de la clase, nunca había tenido problemas para aprobarlo todo con unas notas bastante buenas. Y entonces conocí al nuevo profesor de matemáticas. Decían que venía de otro colegio en el que tenía fama de pegar a los malos estudiantes. Desde luego, el primer día no me pareció la persona más simpática. Nos exigió un tipo de libreta concreta, que costaba lo que cuatro o cinco libretas de las comunes, y nos aclaró que nos la revisaría a menudo. Mi madre se negó a comprarme la dichosa libreta, puesto que ya tenía las necesarias para empezar el curso. Así que cuando el profesor descubrió que no llevaba “su” libreta, me advirtió que me suspendería para todo el año. Él cumplió su palabra y yo a

"Mientras el Gobierno está satisfecho, cuando ve en lontananza la clausura de las Cortes y se regocija con la permanencia en el poder durante unos meses, el pueblo, el pobre pueblo, no vislumbra más que su ruina total y la espantosa miseria después. La nación está perdida, su industria y su comercio agonizan..." Editorial de El País, ejemplar de 1 de julio de 1894. Podría ser perfectamente una noticia actual, aquí es donde se aplica la frase de que no hay nada nuevo bajo el sol. España siempre ha sigo un país de buena gente trabajadora y malos gobernantes. "Qué buen vasallo si tuviese buen señor" dijeron del Mío Cid. Y así seguimos, varios siglos después. ¿Qué por qué leo la prensa de 1894? ¿Es que no habéis leído mis anteriores entradas sobre la documentación de "Q"? Por cierto, el borrador de la novela progresa adecuadamente. Tanto que me obliga a replantearme una vez más mi anárquico sistema de trabajo, y empezar a organizar trama y person

Cada noche, excepto los viernes, dedico una hora al primer borrador de "Q". Los viernes no escribo porque suelo salir, sobre todo al cine, pero lo compenso dedicándole un par de horas los sábados por la mañana. El argumento de esta historia lo tengo en mente desde hace tiempo, como ya dije en entradas anteriores, desde el mismo momento en que me propusieron escribir una historia sobre un personaje secundario de "Falsas ilusiones". Me asaltó de tal manera y lo vi tan claro, que en pocos días estaba escribiendo las primeras páginas. Después lo he abandonado para terminar otros proyectos, pero he ido tomando notas, perfilando los personajes y la trama. En cuanto a la documentación, en gran parte me sigue sirviendo la que manejé para "Falsas ilusiones" y "El mapa de tus sueños", actualizada puesto que he avanzado diez años desde la primera y trece desde la segunda, pero eso ya he contado que lo hago a través de periódicos en las hemerotecas

Este jueves 13 de septiembre, los Jueveros somos convocados por Tere del blog PUNTOS SUSPENSIVOS , a contar nuestra versión del "ojo por ojo". A veces, entre las prisas y que todos mis esfuerzos están volcados en la escritura de "Q", me ciño a la propuesta de una forma de lo más literal. Y además no le hago ascos a un tema que está de moda. Enlaces a todos los relatos jueveros, en el blog de Teresa, al que podéis acceder pinchando arriba en su nombre. LITERAL ©Teresa Cameselle –Ojo por ojo –dijo ella, poniendo un afilado cuchillo sobre la mesa. Él la miró, asustado. Ella le devolvió la mirada con su único ojo sano. La cuenca vacía la tenía cubierta por un parche que le daba un aire peligroso. –No te atreverás –rogó. –Sabes que sí. Trató de ordenar sus pensamientos y decidir si hasta allí habían llegado sus juegos de alcoba. Cierto que la semana pasada se les había ido la mano, a ambos; él aún tenía la espalda rígida por las marcas de lo

Hace tiempo que descubrí el valor de las hemerotecas a la hora de documentarme para mis novelas, y en concreto para “El mapa de tus sueños”, pendiente de publicar, me he documentado exhaustivamente, y he disfrutado con ello, y le debo mucho de lo que es esta historia a las hemerotecas digitales de la Biblioteca Nacional y del Sistema Bibliotecario Galego. Así que, aprendida la lección, para comenzar a documentarme para “Q” escojo una fecha, un poco al azar, en primavera porque es mi estación favorita, y diez años después de “Falsas ilusiones”, y busco un diario en la hemeroteca de la BNE. Me decido por un ejemplar de El País, 24 de abril de 1894, repaso las noticias políticas, me divierto con los anuncios, descubro que a un reo se le aplica la pena de cadena perpétua y, por último, leo la cartelera de espectáculos. Los lectores de “Falsas ilusiones” tal vez recordéis que comienza con una cita de “La fierecilla domada” de Shakespeare. ¿Adivináis ahora qué se repre

1. ¿Por qué me refiero a mi nueva novela como “Q”?  Porque nunca se debe decir el título de una novela antes de su publicación, a menos que queramos que alguien se nos adelante y nos lo robe, después del tiempo y los quebraderos de cabeza que supone elegir algo tan importante y que será la auténtica carta de presentación de nuestro libro el día que, con suerte, sea editado. 2. ¿De dónde nace la idea de esta novela?  De algo tan simple como el comentario de una lectora amiga en Facebook. Mi querida Milagro Sprengelmeyer, que probablemente fue la primera persona que compró y leyó mi “Falsas ilusiones”, editado por Zafiro Ebooks en abril de 2012. Con su habitual entusiasmo, y después de leerse esta novela de una sentada, Milagro me hizo una pregunta que es normal dentro de la romántica, un género plagado de sagas familiares. La pregunta era si había pensado escribir historias para algunos de los personajes secundarios de “Falsas ilusiones”, más concretamente, para los her

Ya sé que la idea no es original. Ni siquiera lo es el título de este post, para el que me he inspirado “libremente” en el blog que actualmente mantiene Arturo Pérez Reverte sobre su nueva novela. Así que ya me acuso y confieso yo, antes de que nadie lo haga. Os preguntáis de qué estoy hablando, pues de eso, de que para mi próxima novela, o mi actual novela debería aclarar, porque ya he empezado a escribirla, he pensado en comentarla paso a paso a través del blog. ¿Por qué? Por varios motivos. 1.     Porque empecé a hacerlo en el Facebook, y he decidido trasladarlo aquí, que es mi casa y recibo a mis amigos, algunos de los cuales no están en la red social. 2.     Porque si comento los progresos, me obligo a mí misma a llevar un ritmo continuado de trabajo. Digamos que es un aliciente para mí, que suelo abandonar los proyectos en cuanto me surge uno nuevo que me ilusiona, y así me encuentro en berenjenales como los de este año del Señor 2012, en el que he terminado do

"Al final siempre acaba bien. Y si no acaba bien, es que no es el final". Esta es la frase leit motiv de "El exótico Hotel Marigold". No voy a decir que es la mejor película que he visto este verano, a pesar de sus paisajes exóticos y su fabuloso reparto, pero sí que es una inyección de optimismo, basada en esta idea, y eso es precisamente lo que se necesita un primer lunes de septiembre, de vuelta a la rutina, al estrés, los agobios y las prisas. Afrontar la mañana con una sonrisa, recordar los buenos momentos de las vacaciones, y disfrutar de los pequeños instantes de felicidad que cada día nos depara, eso no nos lo pueden gravar con ningún tipo de impuesto.