Relato del viernes. Un poco de alegría, que falta hace.
Supongo que a todos nos viene bien alegrarnos un poco el cuerpo de cara al fin de semana. A mí desde luego me hace falta, ya sabéis que mi salud últimamente no está en su mejor momento, pero me niego a dejar que me chafe mis dos días libres. Hoy se lo quiero dedicar a Noelia, que me ha dejado un mensaje encantador en mi primera entrada. Y a todos los demás, claro (sobre todo a Fernando I de Cádiz, El Protestón). ENSALADA VERDE -Diga... -Tengo las llaves del coche en la mano, sólo dime que te has hartado de vivir rodeada de vacas y gallinas y voy a buscarte. La carcajada al otro lado de la línea suena duplicada por efecto de la mala cobertura telefónica. Lucía se apoya en el borde de la mesa de madera y toma un vaso de agua con la mano libre. -Marina, estás loca... -Sabes que hace veinte años juré no volver a pisar ese maldito pueblo donde Cristo perdió la alpargata, pero lo haría por ti, ¿estás haciendo las maletas? -Olvídate, no voy a volver a la ciudad, estoy feliz. Una pu