ESTE JUEVES UN RELATO: ROBOTICA

Esta es la propuesta de Gus para este jueves:

"Así, juevera y juevero, te invito a que te enamores de un tornillo, a que pongas aceite a la tostadora y presumas de nevera, a que tiembles cuando el microondas te mire con malos ojos y compartas con la plancha cálidos momentos. Están vivos o muertos nuestros electrodomésticos? Sé producirá un avance tecnológico que nos aniquile? Dejaremos nuestras vidas en sus palancas, turbinas o muelles? Seremos observados por nuestra pantalla mientras dormimos?
Esta semana: ROBÓTICA. "






­HÁBLAME
©Teresa Cameselle
–Usted no puede comprender lo que ella significa en mi vida. Mi padre fue un gran inventor, aunque la Historia le haya ninguneado. Se adelantó a los ordenadores personales y los sistemas de compresión de archivo. Yo era un niño cuando tuvo la idea de una nevera inteligente, que informase a la familia de la necesidad de reponer existencias, o de limpiar su motor y vaciar la escarcha. He vivido cuarenta años escuchando su dulce voz decirme “buenos días”, o “sólo te queda un yogur”. Sin ella estoy perdido, no sabré hacer la compra, se me olvidarán alimentos esenciales como la leche y la cerveza. Y, sobre todo, me faltará mi única compañía.
El técnico me escuchaba con aburrido aire de suficiencia remarcado por sus cejas con forma de acento circunflejo. Sin piedad ninguna, cargó la vieja nevera en su carrito y le pegó una nota en su gastada puerta ya no tan blanca. “Imposible reparación. No útil para reciclaje. Desguace.”.
Les vi partir con el alma encogida y, cuando me giré para descubrir el oscuro vacío al fondo de la cocina, quise gritar de espanto. Nunca te reemplazaré, querida mía, a partir de ahora viviré de yogures pasteurizados y cerveza tibia, en señal de duelo. Pero tu voz, ah, tu voz, ¿quién la sustituirá en mi corazón?

Comentarios

Natàlia Tàrraco ha dicho que…
Lo mismo con seres humanos o perros, es história, como la de la abandonada nevera. !Cuanto trasto viejo de tres años, algunos inservibles! Hechos a posta para durar poco, para comprar mucho.
Somos la sociedad del desperdicio acumulado, reciclar es la solución, pero para tanto viejo no da.
Me has hecho reflexionar a través de tu relato impecable, en ese sentido, amiga Teresiña. Gracias, bicos muchos.
Primavera ha dicho que…
40 años pero tanto pueden vivir los antiguos electrodomesticos, ni un perro que es de compañia dura tanto, ni tampoco un amor, si es asi hay que hacerle un festejon porque que poquitos quedan para celebrar la vida en comun,..ja ja.
Ahora ya es maximo que te dicen son diez años algunos duran hasta menos hablo de electrodomesticos eh...aunque de amores uff incluso menos, nadie te puede garantizar de llegar ni a los tres años ja ja ja
Me estoy haciendo mi propia pelicula.
Primavera
Teresa Cameselle ha dicho que…
Lo cierto es que sí, antes se hacían las cosas para que duraran muchísimo tiempo. Algún "listo" descubrió que eso no era buen negocio, y así estamos ahora, que te venden una lavadora diciéndote que es para diez años, y son cinco y gracias.
Lo mismo con los coches, con la ropa...
Un par de neuronas... ha dicho que…
Así es, antes se reparaba la pieza estropeada, una soldadura, un par de tornillos nuevos y aparato que duraba 15 años más. Luego comenzaron a cambiarse las piezas sin reparar. Pasaron los años y comenzaron a cambiar todo el módulo. Ahora no se llevan ni a reparar, compras uno nuevo y listo. Pongo por ejemplo un reproductor de Dvd, se te fastidia? Pues nada, por 25 euros tienes otro, vale menos que la gasolina de ir a comprarlo!

No vamos bien.

Pero yo no sé si podría tomarme la cervecita caliente.... Brrrrr, qué grima! Pordió!

Besito.
Gambetas de lana ha dicho que…
Ufff! Qué tristeza semejante pérdida! Falta que te lleven la cama vieja y ya está. Todo perdido.
Muy lindo tu relato.
Besos
Susana ha dicho que…
Ay Dios mío, ¡qué drama, Teresa!

Se te ha olvidado mencionar el tiempo que pasamos frente a ese electrodoméstico maravilloso, pensando si cogemos un lata de coca cola o nos echamos un vaso de zumo... o si nos hacemos unos huevos revueltos o mejor una ensaladita fresca... ay... que momentos...

Muy chulo tu micro.

Besitos
MARU ha dicho que…
Bueno, la verdad es que antes las cosas duraban mucho, pero poca gente tenía acceso a ellas porque eran más caras.
Ahora todos tienen de todo.
Mejor, peor... pues no lo sé.

No tengo apego a las cosas materiales, así que no me importa cambiarlas.Un bonito relato.
Biquiños
CARMEN ANDÚJAR ha dicho que…
Sin piedad, lo viejo, a la basura. En fin, que le vamos hacer, lo moderno se impone y lo viejo, tarde o temprano muere.
Un beso
Javier Muñiz ha dicho que…
Hola bello blogg, bellas entradas, te encontré en un blogg común, si te gusta la poesía te invito al mio,será un placer,es
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
muchas gracias, buen viernes, besos.
Any ha dicho que…
Una heladera que hable! justo lo que necesito!
Claro, como iba a querer desprenderse de semejante joya? Era una amiga mas que un electrodoméstico.
Me gustaron las cejas con forma de acento circunflejo del técnico, que buena imagen.
un saludo
Juan Carlos Celorio ha dicho que…
Lo que me trae tu relato es la idea del envejecimiento. Como ocurre sin que nos enteremos. Como le ocurre a ese frigorífico de tecnología puntera.
Una observación: todos los que hemos optado por los electrodomésticos hablamos bien de los frigoríficos.
Un beso
Medea ha dicho que…
Muy buena entrada ¡¡Dios!! Una cerveza templada…puagggggg que asquito. Mi nevera no habla, es mi hijo el que grita ¿¿no quedan Yogures?? O mi hija ¡¡no hay coca-cola!! Aquí no se caduca nada,jajaja no le dan tiempo. Es verdad que ya no duran nada y lo peor…se contagian cuando falla uno ya no paramos y si hoy es el frigorífico mañana la lavadora, pasado la secadora, dentro de una semana la caldera, el horno. Mi marido lo llama la rebelión de los electrodomésticos. Cuando suena un pito en la cocina nadie sabe de dónde viene,¡¡Mamá algo esta pitando!! Yo soy la única que distingue el pito del horno del de la vitrocerámica,del de la secadora,del microondas o la termomix,la lavadora es especial,ella no pita jajaja ella canta una musiquilla que mientras suena dan ganas de ponerse a bailar.Gracias y un beso grande Teresa
casss ha dicho que…
La verdad...comprendo al o la protagonista: estoy en plena mudanza de objetos y muebles que nos acompañan a la familia desde tiempos inmemoriales (mejor no hacer memoria). Hay voces y detalles que nadie sustituye...
mi solidaridad literaria.
un abrazo
Anónimo ha dicho que…
en tiemps escuche, lei...que los animales no tienen alma, incluso vosotras estabais sin alma...pero al menos alguien se uestiono tal cosa...y sin embargo nunca he escuchado que las osas tengan alma, ni siquiera he escuchado la posibilidad de pensar, de cuestionarse a cerca de ello...aora bie, tu, teresa cameselle, acabas de confirmarme la existencia del alma d elas cosas...
y asi las cosas, ahora mismo voy a inventarme un cielo para las cosas...
medio besazo, teresa.
Celia Álvarez Fresno ha dicho que…
¡Qué penita, hija!
Tu relato está -como siempre- muy bien escrito. Bueno, qué voy a decirte que tú no sepas.
Derrochas sentimientos para esa pobre nevera, que ya dice adiós.
Y es que es bueno ser agradecidos porque ¿quién nos dice que los aparatitos que nos acompañan, no tienen también su corazoncito?
Un beso, amiguina.
Inma Brujis ha dicho que…
ESo, tu no la sustituyas y cuando haga cuarenta grados a la sombra y se te corten los yogures y la leche a ver que haces...
Mujer, que no vas a querer menos a tu querida nevera porque compres una nueva.... si ella desde el cielo de las neveras lo entendera, si las pobres son comprensivas y agradecidas.... solo hay que cuidarlas y limpiarlas un poco...
Venga si quieres quedamos y voy contigo a comprar una...
Besossssss
María José Moreno ha dicho que…
Muy tierna esa nevera parlanchina, no me extraña que nos hay llegado hasta el corazón su partida. He vibrado con tu pena.
Magnífico.
Un beso
Mar ha dicho que…
Precioso este homenaje a la nevera. Es la voz, te das cuenta lo que más le cuesta abandonar. Es como un enamorado que en una despedida dice que puede renunciar atodo menos a la voz del otro. Y ese tono aquí llevado a esa relación con la máquina. Me ha gustado tu texto.
Un abrazo

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